Durante las veinticuatro horas del día (incluso cuando nos retiramos a descansar por la noche) estamos provocando impactos en el medio ambiente. De nuestra actitud respecto al medio ambiente, depende que la magnitud de esos impactos sea mínima.
El equilibrio entre medio ambiente, sociedad y economía es esencial para lograr un desarrollo sostenible, es decir: conseguir satisfacer nuestras necesidades presentes, sin poner en peligro que nuestros hijos puedan satisfacer las suyas en el futuro.

La sociedad cada vez está más sensibilizada hacia la problemática medioambiental y es más exigente con las empresas que le suministran sus productos, la legislación cada vez es más restrictiva y la presión por parte de las ONG y de los competidores de nuestra empresa es creciente.
Ante este panorama, el objetivo de plantearse implantar un Sistema de Gestión Ambiental (SGA), es poder contar con una herramienta sistemática, con una referencia ampliamente contrastada, que nos permita avanzar hacia la protección del medio ambiente en equilibrio con las demandas de la sociedad y el progreso económico y poder decir y demostrar a toda la sociedad, que nuestra empresa está comprometida con la protección del medio ambiente que vamos a legar a nuestros hijos.
Las empresas actualmente deben incorporar la gestión ambiental como un factor de desarrollo y de competitividad, si quieren abrirse camino en unos mercados cada vez más preocupados por las cuestiones medioambientales. Con ello, además de reducir el impacto de sus actividades, se optimizarán los consumos de materias primas y energía y se reducirán los volúmenes de vertidos, residuos y emisiones, lo que se traducirá a medio y largo plazo en beneficios económicos.
Al implantar un SGA, la empresa se posicionará como ambientalmente responsable, diferenciándose de la competencia y reforzando su imagen ante clientes y consumidores.
Gestionar la faceta ambiental de nuestra empresa mediante un SGA proporciona innumerables beneficios a la empresa, al proporcionar a la alta dirección información útil para crecer a largo plazo contribuyendo al desarrollo sostenible incidiendo en:
- La prevención y mitigación impactos ambientales negativos para una protección proactiva del medio ambiente, reduciendo el riesgo de accidentes medioambientales.
- La Protección de la propia empresa minimizando los efectos adversos que las condiciones ambientales puedan provocar.
- Un mayor control por parte de la empresa sobre la legislación aplicable y otros requisitos de obligado o voluntario cumplimento. Esto ayudará a la empresa a no incurrir en delitos ecológicos evitando el pago de multas y sanciones
- Mayor control sobre el proceso productivo, al utilizar una perspectiva de ciclo de vida que evite o minimice la posibilidad de trasladar a otras fases del ciclo de vida de los productos o servicios, los posibles impactos ambientales adversos que se hayan podido producir.
- Aprovechando las oportunidades de anular o minimizar los impactos ambientales adversos e incrementar los impactos beneficiosos como son los que inciden en la estrategia y la competitividad.
- Integrando la gestión ambiental en los procesos de negocio, en la dirección estratégica y en la toma de decisiones, se pueden abordar eficazmente los riesgos y oportunidades, haciéndolos coherentes con otras prioridades de la empresa.
- Lograr beneficios financieros y operacionales haciendo uso de técnicas ambientales más respetuosas, que fortalecen la posición de la empresa en el mercado al situar al medio ambiente como una oportunidad para la empresa.
- La empresa será reconocida por su compromiso medioambiental potenciando su imagen ante la sociedad en general, ante los consumidores y sirviendo de elemento motivador para los trabajadores.
- Mejora de las relaciones con las partes interesadas, al optimizar la comunicación de la información ambiental.
- Mejora de las relaciones con las Administraciones Públicas que facilita el acceso a ayudas y subvenciones públicas y a la adjudicación de concursos de obras, suministros y servicios públicos.
- Facilita el comercio exterior, el acceso a grandes compradores y a empresas homologadas que exigen este requisito a sus proveedores.
- Y por último facilita el acceso a servicios financieros y de seguros, en condiciones más ventajosas.
Pero todos estos beneficios no se materializarían si no existe un verdadero compromiso de todos los niveles de la organización: desde el preceptivo liderazgo de la alta dirección, hasta el último trabajador.
Actualmente en España para la implantación de un SGA hay dos normas: la UNE-EN ISO 14001:2015 de carácter internacional sobre Sistemas de Gestión Ambiental y el Reglamento (CE) nº 1221/2009 del de 25 de noviembre de 2009 relativo a la participación voluntaria de organizaciones en un sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales (EMAS).
Aunque la filosofía de los dos sistemas es la misma y la ISO 14001 tiene un carácter internacional, el reglamento EMAS conlleva un mayor grado de compromiso y exigencia, por lo que goza de un mayor reconocimiento público por parte de las Administraciones a la hora de optar a adjudicaciones por concurso en Europa.
La certificación ISO 14001 es en principio más fácil de obtener, por lo que es la que goza de mayor aceptación por parte de las empresas. No obstante una vez conseguida esta certificación, muchas empresas deciden dar un paso más y completan su sistema para ser verificado según el Reglamento EMAS.
No lo dudes, respetar el medio ambiente es rentable.
Ponte en contacto con nosotros y te informaremos sin ningún tipo de compromiso, sobre la forma de implantar en tu empresa un SGA de forma facil y ágil.